Por Jenaro Villamil
La Ley Televisa, aprobada en el Senado sin cambios e ignorando la mayoría de las propuestas de especialistas y legisladores –así como las críticas y la franca rebelión de medios públicos–, es un instrumento que el foxismo puede utilizar para reforzar a su candidato presidencial. Así lo advierten legisladores del PRI que se opusieron al ordenamiento y que inclusive recordaron en el pleno el pasaje del "gallo degollado" difundido por Proceso. Para los opositores a las nuevas leyes quedan, sin embargo, dos opciones para revertir el saqueo a la nación que aquellas representan: el veto presidencial y el recurso de anticonstitucionalidad...
A las 3:15 de la madrugada del viernes 31 de marzo, culminó la aprobación de la Ley Televisa. Tras 15 horas de sesión, el ambiente en el edificio de Xicoténcatl era desolador: al final de la jornada, ningún senador aplaudió, y de los 81 que aprobaron la legislación en lo general, y de los 78 que la respaldaron en lo particular, sólo el priista Emilio Gamboa esbozaba un aire triunfal.
La bancada del PAN prácticamente acabó fracturada, tras un agrio debate entre Felipe Vicencio y Diego Fernández de Cevallos, quien desde la tribuna llamó "albaceas" de Manuel Gómez Morin a senadores opositores como Javier Corral, además de calificar de "filibusteros" a los poco más de 30 legisladores que pugnaron por incorporar algún cambio ala minuta.
Pero ni una coma se cambió. Y ninguna de las más de 20 propuestas que presentó Dulce María Sauri ni las otras 20 de legisladores panistas, perredistas y priistas del grupo de los 40 votos en contra fueron rebatidas por los promotores de la ley, mucho menos por Gamboa.
"El silencio también es una posición en el debate. Los silencios se usan cuando se quiere salir rápidamente de algo porque molesta, incomoda, porque hay inseguridad o porque no hay argumentos", confió Sauri, exdirigente nacional del PRI, e hizo un símil: "En algún momento, me sentí identificada con la época de la mayoría aplastante priista, cuando hablaban los compañeros del PAN y del PRD, y los oíamos y luego votábamos. Y también me acordé de esta frase: 'Como me ves, te vi; como te ves, me verás".
Su correligionario. Manuel Bartlett, reiteró a sus homólogos: "Se van a arrepentir: no voten por la ley, no les van a cumplir las televisoras". Y, mordaz, les recordó el pasaje del "gallo degollado" que publicó Proceso en su edición 1534:
"¿Es posible pensar que esta minuta no es un instrumento de Televisa? Por favor, después de haber oído lo que nos espetaron López Dóriga y Alatorre... nos estábamos muriendo de miedo, no fuera que nos fueran a degollar como al famoso gallo. ¿Se acuerdan del gallo degollado? Bueno, no lo ignoramos, señores."
Y en su última intervención, al filo de las tres de la madrugada, el exsecretario de Gobernación les advirtió: "La opinión pública está francamente en contra. Aquí se oyó, se sabe que hubo un vergonzoso sometimiento del Congreso. Lo sabe la opinión pública y no lo va a olvidar".
Bartlett parafraseó también a la articulista Denisse Dresser para adelantar a los priistas que esta ley no ayudará a Roberto Madrazo: "Ella tituló su artículo (en la misma edición de Proceso): Asno, Felipe. Yo le añado: Asma. Roberto".
Sólo la bancada de los 15 senadores del PRD votó unánimemente en contra de la ley y a favor de modificar la minuta, pero dejó mal parados a sus correligionarios diputados, quienes el 1 de diciembre de 2005 aprobaron la ley por "unanimidad" —y por "ignorancia", confiesa ahora el coordinador de la bancada, Pablo Gómez, quien asegura que al final sus compañeros se arrepintieron.
Raymundo Cárdenas, a su vez, pronosticó: "El Televisagate nos va a salir mucho más caro que el Pemexgate", en tanto que César Raúl Ojeda se subió a tribuna con un polígrafo para detectar a los senadores mentirosos que dicen no haber sido presionados para obtener su anuencia.
Jesús Ortega, actual coordinador de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, calificó la jornada como "una traición al país. Es verdaderamente trágico. No exagero".
—¿Hay algún candidato beneficiado?
—Sueñan con que esto se convierta en beneficio en la televisión para algunos candidatos —afirmó Ortega—, pero es verdaderamente ingenuo que piensen que a partir de que se les abren espacios en los medios electrónicos de comunicación se van a remontar las encuestas.
El senador Javier Corral presentó una y otra vez argumentos técnicos y jurídicos para modificarla minuta. Nadie se subió a rebatirle, y tanto él como Vicencio no cesaron de intervenir, reforzando sus argumentos con la ideología y el espíritu del panismo. Su coordinador, Héctor Larios, yunquista y leal a la línea de su dirigente nacional, Manuel Espino, los conminó en reiteradas ocasiones a no pelearse con sus correligionarios, en especial con el Jefe Diego y con Fauzi Hamdam, el dúo promotor de las leyes corporativas.
En la madrugada. Fernández de Cevallos, fiel a sus gestos escenográficos y portando su saco roto por los "ultras" que lo increparon al entrar al recinto, expresó sin mucho ánimo que "hubo un debate franco", que "no nos estamos conformando con una minuta aprobada el día de hoy", pero se opuso tenazmente a cualquier modificación a la Ley Televisa.
Por eso, el más contento era el exsecretario de Comunicaciones y Transportes de Carlos Salinas de Gortari. El senador yucateco Emilio Gamboa Patrón volvía a ser el hombre del picaporte entre los dueños de los medios de comunicación electrónica y los políticos. Si en 1994, poco antes de que culminara el sexenio, le otorgó 62 concesiones más a Televisa y repartió 180 frecuencias "combo" a los principales grupos radiofónicos, ahora logró que se aprobara una ley que permite a las empresas televisivas y telefónicas prácticamente quedarse con el espectro radioeléctrico sin obligación de pagar una contraprestación.
Gamboa Patrón participó poco en tribuna, pero desde su curul trashumante —no dejaba de "cabildear" con todos los senadores— enviaba señales a Enrique Jackson para sugerir cuándo podían o no hablar para "alusiones personales". Fue el director técnico de la sesión.
Ni siquiera se inmutó cuando, en el ocaso del pleno, el constitucionalista del PRI, David Jiménez, opositor de la Ley Televisa, planteó que se violaba la Constitución y acabó citando al exprimer ministro inglés Winston Churchill: "Cuando todos se muestran de acuerdo, es que alguien no está pensando".
El negocio de la "Ley Televisa"
Poco antes de las dos de la madrugada, Javier Corral subió a tribuna para rebatir el texto del artículo 28 de la Ley Federal de Radio y Televisión. "Tarde, pero hemos llegado a la nuez de esta ley", subrayó.
Todos los senadores escuchaban una de las argumentaciones centrales de los opositores a la minuta: Mediante la reforma a este ordenamiento, el Estado no dispone la recuperación del espectro radioeléctrico liberado con la transición del modelo analógico al digital.
Corral negó que en el artículo 6° de la Ley Federal de Telecomunicaciones, aprobada en 1995, se ordenara tal recuperación y puntualizó que no fue sino hasta 1998 cuando el Estado licitó por primera vez nueve zonas del sistema de telecomunicaciones PCS (Personal Communications System) para 720 megahertz.
El Estado obtuvo por esa licitación mil millones de dólares. Tan sólo en el Distrito Federal, un megahertz vale 5 millones de dólares y actualmente el espectro de mayor calidad es el de la banda UHF, que abarca de los canales 14 al 56.
En Estados Unidos, continuó Corral, "ingresaron 28 mil millones de dólares al Estado por recuperación del espectro y se creó un fondo de mil 500 millones de dólares para apoyar el tránsito de la tecnología analógica a la digital.
"Esta minuta no prevé la recuperación del espectro", insistió, y expuso que el ordenamiento margina a las radios y televisiones permisionadas, la mayoría pertenecientes al sistema público.
En ese momento, Corral hizo lo que constituyó una revelación para la mayoría de los asistentes: La iniciativa original del diputado Miguel Lucero Palma, el promotor de la Ley Televisa, sí incluía la obligación de "rescatar" el espectro en la redacción del artículo 28. Originalmente se estipuló:
"La Secretaría podrá cambiar o rescatar una frecuencia o una banda de frecuencias concesionadas o permisionadas en los siguientes casos:
I- Cuando lo exija el interés público;
II- Por razones de seguridad nacional:
III- Para la introducción de nueva: tecnologías;
IV- Para solucionar problemas de interferencia perjudicial."
Corral argumentó que, por la manera como se redactó después el artículo 28, el Estado ya no podrá recuperar el espectro sobrante y la nueva ley anulará el anterior acuerdo de telecomunicaciones, así como los títulos de concesión que hasta ahora obligan a devolver el espectro.
Ninguno de los senadores promotores de la ley le rebatió a Corral esta argumentación. La respuesta fue el silencio y 78 votos que desecharon la propuesta del legislador panista.
Débil órgano regulador
Otro de los temas más polémicos de la iniciativa fue la configuración de un nuevo órgano regulador débil, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), que de acuerdo con el senador José Alberto Castañeda Pérez quedó "chimuela".
La senadora Dulce María Sauri subió cuatro veces a tribuna durante la discusión en lo particular para exponer que los próximos comisionados de Cofetel serán "estatuas de sal" frente a los grandes monopolios de telecomunicaciones y televisión (Telmex y Televisa), a los que denominó "King Kong y Godzila".
Leyó todos los verbos "débiles" contenidos en el artículo 9-A que estipulan las facultades del órgano regulador: "expedir, realizar estudios, promover, opinar, someter a la aprobación de la SCT, coordinar, establecer, administrar, llevar el registro, promover y vigilar", etcétera. Esta debilidad, subrayó, permitirá que se imponga "la ley del más fuerte".
Y también advirtió que el artículo transitorio 2 otorga al actual presidente Vicente Fox la facultad discrecional de nombrar a los comisionados y de expedir la ley, según la conveniencia de los tiempos político-electorales.
En entrevista, Sauri abundó: "El argumento de que votar a favor es garantizar la campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República, es muy débil. Por el contrario, ojalá que el presidente de la República publique esto a la brevedad, porque de otra manera le acabamos de entregar una pistola amartillada para ponerla en la sien de Roberto Madrazo y de los concesionarios. Él les va a decir: "pago por ver. Después del 2 de julio, si gana mi candidato, les publico la ley y nombro a los comisionados".
Las propuestas de modificación de Sauri fueron apoyadas y complementadas en tribuna por Manuel Bartlett, Javier Corral y Alfredo Reyes. Pero ninguna prosperó.
Rebelión de medios
Un día antes del pleno, y después de la polémica sesión de comisiones que el martes 28 dictaminó sin discusión la minuta, el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) encabezó una insólita protesta en sus 17 estaciones de radio en AM y FM para demostrar la indefensión de los medios públicos y la clausura de la pluralidad y la diversidad en el cuadrante radiofónico.
Durante 24 horas continuas, las estaciones del lmer transmitieron sólo una canción e intercalaron spots con el siguiente mensaje:
"Un país sin pluralidad de medios de comunicación sería como escuchar la misma canción todo el día. Hoy, miércoles 29 de marzo, sólo transmitimos una canción. Las modificaciones a la Ley de Radio y Televisión reducen la posibilidad de crear opciones. El Instituto Mexicano de la Radio manifiesta su desacuerdo. ¿Tú qué piensas?"
Este spot y otros dos fueron transmitidos en las frecuencias 660 y 1350 de AM, así como en la 94.5, 105.7, la estación de Reactor dedicada al público juvenil, y en la 107.9 de FM, o en la popular 1220, intercalado con la canción Cheque en blanco —interpretada por Chelo Silva—, o en la 710, donde se escuchaba La neta de las netas de los Tigres del Norte.
La rebelión del Imer fue acompañada con un cambio de programación en Radio Educación, que durante 24 horas transmitió mesas redondas críticas contra la Ley Televisa; por Radio UNAM, que durante el día repitió el programa Plaza Pública, conducido por Miguel Ángel Granados Chapa, y por la transmisión de mensajes críticos a la ley y una cobertura combativa por parte de Canal Once, la señal más antigua y con mayor rating de la televisión pública.
"Fue una reacción de indignación ante la aprobación en comisiones, sin debate, de la ley. Me indignó que los derechos de los ciudadanos fueran vulnerados, y no lo podemos permitir", subrayó a Proceso la directora del Imer. Dolores Béistegui, quien ese mismo día envió al Senado más de 2 mil correos electrónicos de radioescuchas que protestaban por la amenaza que representa la Ley Televisa para los medios públicos.
La llamada Operación Resistencia se Preparó a las 12 de la noche del mismo martes. Béistegui se reunió con varios de sus productores y creativos. A las dos de la mañana, escribieron el texto de los spots que se transmitieron y cada uno de los directivos de las estaciones eligió la "canción ancla".
"Ningún proyecto de ley anterior es tan abiertamente a favor de los intereses privados como éste. El círculo rojo se ha solidarizado con el Imer y esto nos ha ganado la credibilidad de los radioescuchas. Ojalá que otros medios públicos lo repliquen y venzamos el miedo", manifestó Béistegui.
Una vez aprobada la Ley Televisa, el amplio espectro de opositores que están fuera del Poder Legislativo —medios impresos, medios públicos, académicos, investigadores, organizaciones sindicales, instituciones como la Comisión Federal de Competencia y la Cofetel, intelectuales y organizaciones no gubernamentales— esperan que el presidente Vicente Fox ejerza su poder de veto para detenerla o que, una vez publicada por el Ejecutivo, se promueva una acción de anticonstitucionalidad por la tercera parte de cualquiera de las dos cámaras: de Diputados o Senadores.
Vía: Revista Proceso
La Ley Televisa, aprobada en el Senado sin cambios e ignorando la mayoría de las propuestas de especialistas y legisladores –así como las críticas y la franca rebelión de medios públicos–, es un instrumento que el foxismo puede utilizar para reforzar a su candidato presidencial. Así lo advierten legisladores del PRI que se opusieron al ordenamiento y que inclusive recordaron en el pleno el pasaje del "gallo degollado" difundido por Proceso. Para los opositores a las nuevas leyes quedan, sin embargo, dos opciones para revertir el saqueo a la nación que aquellas representan: el veto presidencial y el recurso de anticonstitucionalidad...
A las 3:15 de la madrugada del viernes 31 de marzo, culminó la aprobación de la Ley Televisa. Tras 15 horas de sesión, el ambiente en el edificio de Xicoténcatl era desolador: al final de la jornada, ningún senador aplaudió, y de los 81 que aprobaron la legislación en lo general, y de los 78 que la respaldaron en lo particular, sólo el priista Emilio Gamboa esbozaba un aire triunfal.
La bancada del PAN prácticamente acabó fracturada, tras un agrio debate entre Felipe Vicencio y Diego Fernández de Cevallos, quien desde la tribuna llamó "albaceas" de Manuel Gómez Morin a senadores opositores como Javier Corral, además de calificar de "filibusteros" a los poco más de 30 legisladores que pugnaron por incorporar algún cambio ala minuta.
Pero ni una coma se cambió. Y ninguna de las más de 20 propuestas que presentó Dulce María Sauri ni las otras 20 de legisladores panistas, perredistas y priistas del grupo de los 40 votos en contra fueron rebatidas por los promotores de la ley, mucho menos por Gamboa.
"El silencio también es una posición en el debate. Los silencios se usan cuando se quiere salir rápidamente de algo porque molesta, incomoda, porque hay inseguridad o porque no hay argumentos", confió Sauri, exdirigente nacional del PRI, e hizo un símil: "En algún momento, me sentí identificada con la época de la mayoría aplastante priista, cuando hablaban los compañeros del PAN y del PRD, y los oíamos y luego votábamos. Y también me acordé de esta frase: 'Como me ves, te vi; como te ves, me verás".
Su correligionario. Manuel Bartlett, reiteró a sus homólogos: "Se van a arrepentir: no voten por la ley, no les van a cumplir las televisoras". Y, mordaz, les recordó el pasaje del "gallo degollado" que publicó Proceso en su edición 1534:
"¿Es posible pensar que esta minuta no es un instrumento de Televisa? Por favor, después de haber oído lo que nos espetaron López Dóriga y Alatorre... nos estábamos muriendo de miedo, no fuera que nos fueran a degollar como al famoso gallo. ¿Se acuerdan del gallo degollado? Bueno, no lo ignoramos, señores."
Y en su última intervención, al filo de las tres de la madrugada, el exsecretario de Gobernación les advirtió: "La opinión pública está francamente en contra. Aquí se oyó, se sabe que hubo un vergonzoso sometimiento del Congreso. Lo sabe la opinión pública y no lo va a olvidar".
Bartlett parafraseó también a la articulista Denisse Dresser para adelantar a los priistas que esta ley no ayudará a Roberto Madrazo: "Ella tituló su artículo (en la misma edición de Proceso): Asno, Felipe. Yo le añado: Asma. Roberto".
Sólo la bancada de los 15 senadores del PRD votó unánimemente en contra de la ley y a favor de modificar la minuta, pero dejó mal parados a sus correligionarios diputados, quienes el 1 de diciembre de 2005 aprobaron la ley por "unanimidad" —y por "ignorancia", confiesa ahora el coordinador de la bancada, Pablo Gómez, quien asegura que al final sus compañeros se arrepintieron.
Raymundo Cárdenas, a su vez, pronosticó: "El Televisagate nos va a salir mucho más caro que el Pemexgate", en tanto que César Raúl Ojeda se subió a tribuna con un polígrafo para detectar a los senadores mentirosos que dicen no haber sido presionados para obtener su anuencia.
Jesús Ortega, actual coordinador de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, calificó la jornada como "una traición al país. Es verdaderamente trágico. No exagero".
—¿Hay algún candidato beneficiado?
—Sueñan con que esto se convierta en beneficio en la televisión para algunos candidatos —afirmó Ortega—, pero es verdaderamente ingenuo que piensen que a partir de que se les abren espacios en los medios electrónicos de comunicación se van a remontar las encuestas.
El senador Javier Corral presentó una y otra vez argumentos técnicos y jurídicos para modificarla minuta. Nadie se subió a rebatirle, y tanto él como Vicencio no cesaron de intervenir, reforzando sus argumentos con la ideología y el espíritu del panismo. Su coordinador, Héctor Larios, yunquista y leal a la línea de su dirigente nacional, Manuel Espino, los conminó en reiteradas ocasiones a no pelearse con sus correligionarios, en especial con el Jefe Diego y con Fauzi Hamdam, el dúo promotor de las leyes corporativas.
En la madrugada. Fernández de Cevallos, fiel a sus gestos escenográficos y portando su saco roto por los "ultras" que lo increparon al entrar al recinto, expresó sin mucho ánimo que "hubo un debate franco", que "no nos estamos conformando con una minuta aprobada el día de hoy", pero se opuso tenazmente a cualquier modificación a la Ley Televisa.
Por eso, el más contento era el exsecretario de Comunicaciones y Transportes de Carlos Salinas de Gortari. El senador yucateco Emilio Gamboa Patrón volvía a ser el hombre del picaporte entre los dueños de los medios de comunicación electrónica y los políticos. Si en 1994, poco antes de que culminara el sexenio, le otorgó 62 concesiones más a Televisa y repartió 180 frecuencias "combo" a los principales grupos radiofónicos, ahora logró que se aprobara una ley que permite a las empresas televisivas y telefónicas prácticamente quedarse con el espectro radioeléctrico sin obligación de pagar una contraprestación.
Gamboa Patrón participó poco en tribuna, pero desde su curul trashumante —no dejaba de "cabildear" con todos los senadores— enviaba señales a Enrique Jackson para sugerir cuándo podían o no hablar para "alusiones personales". Fue el director técnico de la sesión.
Ni siquiera se inmutó cuando, en el ocaso del pleno, el constitucionalista del PRI, David Jiménez, opositor de la Ley Televisa, planteó que se violaba la Constitución y acabó citando al exprimer ministro inglés Winston Churchill: "Cuando todos se muestran de acuerdo, es que alguien no está pensando".
El negocio de la "Ley Televisa"
Poco antes de las dos de la madrugada, Javier Corral subió a tribuna para rebatir el texto del artículo 28 de la Ley Federal de Radio y Televisión. "Tarde, pero hemos llegado a la nuez de esta ley", subrayó.
Todos los senadores escuchaban una de las argumentaciones centrales de los opositores a la minuta: Mediante la reforma a este ordenamiento, el Estado no dispone la recuperación del espectro radioeléctrico liberado con la transición del modelo analógico al digital.
Corral negó que en el artículo 6° de la Ley Federal de Telecomunicaciones, aprobada en 1995, se ordenara tal recuperación y puntualizó que no fue sino hasta 1998 cuando el Estado licitó por primera vez nueve zonas del sistema de telecomunicaciones PCS (Personal Communications System) para 720 megahertz.
El Estado obtuvo por esa licitación mil millones de dólares. Tan sólo en el Distrito Federal, un megahertz vale 5 millones de dólares y actualmente el espectro de mayor calidad es el de la banda UHF, que abarca de los canales 14 al 56.
En Estados Unidos, continuó Corral, "ingresaron 28 mil millones de dólares al Estado por recuperación del espectro y se creó un fondo de mil 500 millones de dólares para apoyar el tránsito de la tecnología analógica a la digital.
"Esta minuta no prevé la recuperación del espectro", insistió, y expuso que el ordenamiento margina a las radios y televisiones permisionadas, la mayoría pertenecientes al sistema público.
En ese momento, Corral hizo lo que constituyó una revelación para la mayoría de los asistentes: La iniciativa original del diputado Miguel Lucero Palma, el promotor de la Ley Televisa, sí incluía la obligación de "rescatar" el espectro en la redacción del artículo 28. Originalmente se estipuló:
"La Secretaría podrá cambiar o rescatar una frecuencia o una banda de frecuencias concesionadas o permisionadas en los siguientes casos:
I- Cuando lo exija el interés público;
II- Por razones de seguridad nacional:
III- Para la introducción de nueva: tecnologías;
IV- Para solucionar problemas de interferencia perjudicial."
Corral argumentó que, por la manera como se redactó después el artículo 28, el Estado ya no podrá recuperar el espectro sobrante y la nueva ley anulará el anterior acuerdo de telecomunicaciones, así como los títulos de concesión que hasta ahora obligan a devolver el espectro.
Ninguno de los senadores promotores de la ley le rebatió a Corral esta argumentación. La respuesta fue el silencio y 78 votos que desecharon la propuesta del legislador panista.
Débil órgano regulador
Otro de los temas más polémicos de la iniciativa fue la configuración de un nuevo órgano regulador débil, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), que de acuerdo con el senador José Alberto Castañeda Pérez quedó "chimuela".
La senadora Dulce María Sauri subió cuatro veces a tribuna durante la discusión en lo particular para exponer que los próximos comisionados de Cofetel serán "estatuas de sal" frente a los grandes monopolios de telecomunicaciones y televisión (Telmex y Televisa), a los que denominó "King Kong y Godzila".
Leyó todos los verbos "débiles" contenidos en el artículo 9-A que estipulan las facultades del órgano regulador: "expedir, realizar estudios, promover, opinar, someter a la aprobación de la SCT, coordinar, establecer, administrar, llevar el registro, promover y vigilar", etcétera. Esta debilidad, subrayó, permitirá que se imponga "la ley del más fuerte".
Y también advirtió que el artículo transitorio 2 otorga al actual presidente Vicente Fox la facultad discrecional de nombrar a los comisionados y de expedir la ley, según la conveniencia de los tiempos político-electorales.
En entrevista, Sauri abundó: "El argumento de que votar a favor es garantizar la campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República, es muy débil. Por el contrario, ojalá que el presidente de la República publique esto a la brevedad, porque de otra manera le acabamos de entregar una pistola amartillada para ponerla en la sien de Roberto Madrazo y de los concesionarios. Él les va a decir: "pago por ver. Después del 2 de julio, si gana mi candidato, les publico la ley y nombro a los comisionados".
Las propuestas de modificación de Sauri fueron apoyadas y complementadas en tribuna por Manuel Bartlett, Javier Corral y Alfredo Reyes. Pero ninguna prosperó.
Rebelión de medios
Un día antes del pleno, y después de la polémica sesión de comisiones que el martes 28 dictaminó sin discusión la minuta, el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) encabezó una insólita protesta en sus 17 estaciones de radio en AM y FM para demostrar la indefensión de los medios públicos y la clausura de la pluralidad y la diversidad en el cuadrante radiofónico.
Durante 24 horas continuas, las estaciones del lmer transmitieron sólo una canción e intercalaron spots con el siguiente mensaje:
"Un país sin pluralidad de medios de comunicación sería como escuchar la misma canción todo el día. Hoy, miércoles 29 de marzo, sólo transmitimos una canción. Las modificaciones a la Ley de Radio y Televisión reducen la posibilidad de crear opciones. El Instituto Mexicano de la Radio manifiesta su desacuerdo. ¿Tú qué piensas?"
Este spot y otros dos fueron transmitidos en las frecuencias 660 y 1350 de AM, así como en la 94.5, 105.7, la estación de Reactor dedicada al público juvenil, y en la 107.9 de FM, o en la popular 1220, intercalado con la canción Cheque en blanco —interpretada por Chelo Silva—, o en la 710, donde se escuchaba La neta de las netas de los Tigres del Norte.
La rebelión del Imer fue acompañada con un cambio de programación en Radio Educación, que durante 24 horas transmitió mesas redondas críticas contra la Ley Televisa; por Radio UNAM, que durante el día repitió el programa Plaza Pública, conducido por Miguel Ángel Granados Chapa, y por la transmisión de mensajes críticos a la ley y una cobertura combativa por parte de Canal Once, la señal más antigua y con mayor rating de la televisión pública.
"Fue una reacción de indignación ante la aprobación en comisiones, sin debate, de la ley. Me indignó que los derechos de los ciudadanos fueran vulnerados, y no lo podemos permitir", subrayó a Proceso la directora del Imer. Dolores Béistegui, quien ese mismo día envió al Senado más de 2 mil correos electrónicos de radioescuchas que protestaban por la amenaza que representa la Ley Televisa para los medios públicos.
La llamada Operación Resistencia se Preparó a las 12 de la noche del mismo martes. Béistegui se reunió con varios de sus productores y creativos. A las dos de la mañana, escribieron el texto de los spots que se transmitieron y cada uno de los directivos de las estaciones eligió la "canción ancla".
"Ningún proyecto de ley anterior es tan abiertamente a favor de los intereses privados como éste. El círculo rojo se ha solidarizado con el Imer y esto nos ha ganado la credibilidad de los radioescuchas. Ojalá que otros medios públicos lo repliquen y venzamos el miedo", manifestó Béistegui.
Una vez aprobada la Ley Televisa, el amplio espectro de opositores que están fuera del Poder Legislativo —medios impresos, medios públicos, académicos, investigadores, organizaciones sindicales, instituciones como la Comisión Federal de Competencia y la Cofetel, intelectuales y organizaciones no gubernamentales— esperan que el presidente Vicente Fox ejerza su poder de veto para detenerla o que, una vez publicada por el Ejecutivo, se promueva una acción de anticonstitucionalidad por la tercera parte de cualquiera de las dos cámaras: de Diputados o Senadores.
Vía: Revista Proceso
Muy buen artículo. ¿Tienes el link de donde lo sacaste? Estoy escribiendo un artículo para la escuela y me gustaría citarlo.
Por cierto, felicidades por tu blog. Yo también sigo de cerca el desarrollo de esta ley y me da gusto que cada vez seamos más los ciudadanos que se informan, que piensan, que opinan y que actúan.
Enhorabuena!
Laura:
Aquí tienes el enlace para esta nota:
La ley del degüello
Desgraciadamente, para ver esta nota completa en el sitio, tienes que pagar un costo, pues pertenece a la hemeroteca de Proceso.
Salute!