La modernidad amaga al patrimonio de Cholula
2 Comments Published by Unknown on domingo, noviembre 06, 2005 at 1:14 p.m..
Por Héctor Gutiérrez
El gobernador Mario Marín, y el presidente municipal cholulteca ordenaron la construcción de una carretera federal que se basa en un proyecto de hace 80 años que modificará el trazo original de la zona que se planificó desde antes de la llegada de los españoles. El INAH no ha enviado ni un solo inspector para supervisar la obra que ya destruyó basamentos prehispánicos, y frente a las denuncias públicas, las autoridades han llegado incluso a la detención de los quejosos.
Cholula, Pue.- El “progreso” arrancó a los cholultecas con un gran pedazo de su historia. Basado en un proyecto elaborado hace 80 años, Mario Marín Torres, el gobernador de Puebla, bajo la mirada complaciente del presidente municipal, ordenó la construcción de una carretera federal a tan sólo cuatro calles del zócalo de esta ciudad.
Hoy, la atrocidad está prácticamente consumada: cerca de mil 200 árboles de entre 50 y cien años de edad fueron talados “porque ya estaban muy viejos”; la introducción del drenaje en la nueva vía exigió excavaciones que dañaron irreparablemente el basamento prehispánico que sirve de sustento a la iglesia de San Miguelito, edificada en el siglo XVII.
Hubo quien protestó, pero la fidelidad al añejo estilo de la casa dictó que los quejosos, escandalosos y enemigos del progreso fueran debidamente puestos en prisión.
Un breve recuento
Entre junio y septiembre de este año, el gobierno de Puebla decidió sacar del viejo baúl un proyecto carretero que permaneció ocho décadas guardado y que serviría para conectar al municipio de Huejotzingo con la capital del estado, pasando en su trayecto por Cholula.
Este proyecto, que en sexenios anteriores había sido dejado a un lado por su inviabilidad, ya que no forma parte de ningún programa maestro de comunicaciones en la entidad y que no resolverá casi ningún problema, fue llevado a la práctica pese a las protestas de cholultecas que vieron amenazado su patrimonio histórico.
Así, la Avenida 12 Oriente-Poniente, una calle de tres carriles para cada sentido de la circulación, con un interminable arbolado en el camellón y que servía de conexión entre los pueblos de la región, sucumbió ante los embates del progreso y la maquinaria pesada.
“Aquí, frente a la Iglesia de San Miguelito, de manera inmisericorde, las máquinas excavaron suelo prehispánico para instalar el drenaje. Los niños que entraban a la zanja salían con vasijas y otros vestigios prehispánicos, todo quedó destruido”, afirmó Anamaría Ashwell, antropóloga y dirigente de la asociación civil Pro Cholula.
“El colmo de la barbarie y la ignorancia fue la tala de los árboles. Tratamos de impedirlo; varias personas nos encadenamos a ellos para salvarlos, pero al final un grupo de choque del gobierno y vecinos azuzado por las autoridades empezó a gritar: ’¡Que los talen! ¡Que los quiten! ¡Fuera!’. La situación se tornó muy violenta y decidimos retirarnos y ver desde lejos cómo consumaban sus delitos”.
Ashwell relata que, justo al asumir la titularidad de la presidencia municipal de Cholula, Juan Pablo Jiménez Concha les prometió que esa vialidad no sería construida o que, al menos, no se seguiría su trazo original, pues se buscaría la forma de hacer un libramiento.
“Nos dijo que no nos preocupáramos, que nada iba a suceder si nosotros no estábamos de acuerdo. Al final, ignoró todo y el resultado es este intento de carretera federal que ha desvirtuado el trazo original de Cholula, trazo que se planificó desde antes de la llegada de los españoles”, manifestó Ashwell.
El libramiento que salvaría el suelo prehispánico y el frente de la iglesia de San Miguelito y alejaría la carretera del Centro Histórico de Cholula estaba ya trazado desde 1995, los estudios ya habían sido aprobados y la nueva vialidad no atentaría contra el patrimonio histórico del lugar.
Sin embargo, la mala noticia para los defensores de ese tesoro histórico fue que los predios por donde se construiría el libramiento fueron vendidos a un particular. De hecho, en esos terrenos hoy se puede apreciar un Mega Aurrerá y un gran estacionamiento, con lo que, la única posibilidad de salvar todo quedó cancelada para siempre.
El inexistente INAH
Por todos los medios, Pro Cholula AC intentó frenar este proyecto. Acudieron ante las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero el delegado de la dependencia les respondió que no tenía facultades legales para frenar las obras.Pero la incapacidad y la negligencia del titular de la dependencia federal fue tal que, incluso, permitió el uso de maquinaria pesada para la realización de las excavaciones del drenaje, cuando, por ley, debió obligar a las empresas constructoras a realizar estos trabajos manualmente —a pico y pala—, para proteger los vestigios que todo el mundo sabía que existían en ese lugar.
“Ni un solo inspector del INAH vino a supervisar los trabajos de excavación frente a la iglesia de San Miguelito, nadie. Eso fue un crimen, un delito”, señala Ashwell.
La prometida reforestación
Cuando la autoridad decidió dar luz verde a la tala de los más de mil árboles de la calle 12 Oriente-Poniente, Pro Cholula nuevamente se inconformó, pero la respuesta fue que a cambio se realizaría una reforestación que incluía más de 10 mil nuevos árboles. “Nosotros les dijimos que no podían plantearnos esto a manera de un trueque, pues no se trataba de ningún premio de consolación. Les dijimos que los árboles de la 12 Oriente-Poniente no debían ser talados y menos aún cuando los que iban a plantar no estaban lo suficientemente maduros como para mitigar el impacto ambiental que ocasionaría esa tala, pero no nos hicieron caso”, recalcó Ashwell.
Así, el ayuntamiento cumplió su palabra y plantó 10 mil arbolitos. Lo malo de esta acción fue que lo que plantó ni siquiera llegó a parecerse a un árbol, más bien fueron unas “matitas” de 10 centímetros que sirvieron muy bien para saciar el voraz apetito de tres días de unas decenas de chivos que decidieron pastar en el lugar de la “reforestación”.
Jiménez Concha, el presidente municipal de Cholula, explicó a MILENIO Semanal que “nosotros llevamos a cabo un amplio programa de reforestación para mitigar el impacto ambiental negativo que generaría la tala de los viejos árboles de la 12 Oriente-Poniente”.
En breve entrevista, el edil, de extracción priista, fue cuestionado también sobre la desatención del INAH para supervisar las excavaciones frente a la iglesia de San Miguelito, a lo que respondió que “eso habrá que preguntárselo al INAH, nosotros cumplimos con lo que estaba proyectado”.
La duda acecha
Durante la entrevista con Jiménez Concha se le preguntó si el ayuntamiento y el gobierno estatal contaban con los permisos correspondientes emitidos por las distintas dependencias responsables para desarrollar un proyecto de semejante envergadura, a lo que la autoridad respondió que “por supuesto, contamos con todos los documentos”.
No obstante, Anamaría Ashwell relató que, por medio del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), solicitaron a la autoridad el acceso a toda esa documentación, a lo que el propio instituto accedió. “Cuando se emitió la respuesta del IFAI fuimos de inmediato a las oficinas del gobierno y les dijimos que queríamos ver todos los documentos. Nos respondieron que fuéramos al día siguiente...
”Así lo hicimos. Primero nos advirtieron que no se podía sacar ni un solo documento de las oficinas; también nos dijeron que no se podía fotocopiar nada y al final nos dijeron que no nos podían mostrar nada porque toda la documentación estaba en desorden. “Preguntamos quién había sido el responsable del INAH que había autorizado el uso de maquinaria pesada para realizar las excavaciones y nos respondieron que por el momento no lo recordaban, que era un antropólogo que ya se había ido a trabajar a la zona de Cancún… Para no hacer el cuento largo, nunca, a pesar de que el IFAI lo ordenó, nos mostraron documento alguno que amparara la realización de estas obras”, resaltó.
La denuncia
Nadie les hacía caso, todos los esfuerzos por salvar el patrimonio histórico de Cholula resultaron estériles. La única salida fue publicar un desplegado en varios diarios de circulación nacional en el que se denunciaba el atropello.
Así, el 21 de octubre pasado, Pro Cholula, mediante esta publicación dirigida al presidente Vicente Fox, al gobernador Mario Marín Torres y al director del INAH, Luciano Cedillo, denunciaron que “el patrimonio ambiental y cultural de Cholula está siendo irreversiblemente comprometido”.
En esta carta abierta denunciaron, además, que “la promoción de una conurbación anárquica impulsada por políticas de Estado, intervenciones urbanísticas sólo guiadas por las exigencias del automóvil, modificaciones y alteraciones a monumentos patrimoniales, el nulo respeto a las leyes que protegen el centro histórico y la degradación continua del medio ambiente, destruyen el patrimonio heredado de la milenaria y sagrada ciudad comercial”.
Añade: “La reciente introducción de la carretera federal y su tráfico pesado al interior del casco histórico, a cuatro calles del zócalo, destruye la traza urbana milenaria de Cholula, pone en peligro un edificio religioso del siglo XVII y su basamento prehispánico divide la organización habitacional y ritual de diez barrios y ha impactado negativamente la ecología del valle”.
De esa forma, solicitaron “la intervención urgente del presidente de la República para que en Cholula se construya un libramiento vial; se detenga la intervención de la 12 Oriente-Poniente, se utilice esta vía únicamente para tráfico local y se reforeste con árboles nativos su camellón central”. Además, “que se preserve la reserva ecológica del volcán Tzapoteca de la especulación inmobiliaria y se observen y apliquen las leyes que protegen el patrimonio y medio ambiente”.
La carta abierta fue firmada por varias personalidades del mundo del arte y la cultura de nuestro país, entre ellos Enrique Florescano, Cecilia Vázquez Ahumada, Horacio Morales Iglesias, Carlos Monsiváis e, incluso, hasta el propio hermano del presidente municipal, Fabián Jiménez Concha, se adhirió al documento.
La respuesta oficial fue doblemente negativa. Por una parte, la autoridad promovió la publicación de un desplegado en el que se dio respuesta a la denuncia de los defensores del patrimonio histórico, la cual fue firmada por presidentes de ladrilleras, padres de familia, restauranteros, maestros y hasta el presidente de la liga de futbol ACJM.
En esta misiva, pública también, los “abajo firmantes” establecen que ”personas que se dicen conocedoras de la cultura de Cholula, enuncian que las políticas del gobierno privilegian al automóvil y que nuestro histórico pueblo está en riesgo por el potencial daño que pudieran sufrir sus monumentos, así como por un crecimiento urbano desordenado y el deterioro ecológico”.
Ahí mismo se insiste: “Son preocupaciones válidas; sin embargo disentimos profundamente de sus planteamientos, porque no apuntan que los problemas de Cholula no son nuevos, como tampoco dan cuenta del esfuerzo y las acciones que diversos actores y ciudadanos hemos emprendido por años para lograr que, finalmente, el gobierno del estado y las autoridades municipales estén atinadamente resolviendo con acciones concretas nuestras demandas”.
Y finalizan: “Por generaciones hemos sido responsables del cuidado de la enorme herencia que poseemos y hoy somos garantes de que las obras que se realicen para mejorar nuestra comunidad respetarán y protegerán lo que Cholula ha mostrado al mundo con esplendor, porque es patrimonio de todos los mexicanos”.
Pero no solamente fue la respuesta de las fuerzas leales la aparecida en los diarios, también, hubo una respuesta oficial firmada por Valentín Meneses Rojas, director de Comunicación Social del gobierno del estado, en la que expresa que dicha carretera “tiene como objetivo primordial resolver los problemas de comunicación de esta importante región de la entidad, misma que incluye el Aeropuerto Hermanos Serdán”. En su favor alega que “dependencias federales como el INAH, Semarnat y la SCT, además de las dependencias estatales y municipales respectivas, han concluido que la realización de la vialidad Cholula-Huejotzingo no sólo es necesaria, sino indispensable para la modernización integral y el ordenamiento del sistema carretero de esta importante área económica de Puebla, de ahí que, sin estas obras, los daños a los conceptos que usted señala serían más severos en el corto plazo”.
Sobre los más de mil árboles talados sobre la calle 12 Oriente-Poniente, Meneses Rojas asegura que “resultó indispensable retirar los eucaliptos que no son propios de la región y que, además, por su antigüedad, representaban un riesgo y tenían una función prácticamente nula”.
Finalmente expresa que “respecto a sus peticiones y a la problemática urbana y ambiental que señalan, expreso que con toda responsabilidad habremos de considerarlas, con el objetivo de responder a la carta abierta que han dirigido y que representa una importante demanda ciudadana”. Es difícil saber si finalmente la queja ciudadana fue “responsablemente” considerada, lo cierto es que las obras siguieron avanzando.
La otra respuesta
Pero la “amable” carta del director de Comunicación Social el gobierno de Puebla no fue lo único que recibieron los integrantes de la Asociación Civil Pro Cholula. El hostigamiento oficial a sus integrantes creció hasta que, el sábado 22 de septiembre, un día antes de la publicación del director de Comunicación Social del gobierno del estado, la bióloga Margarita Tlapa, directora del Jardín Etnobotánico Tzapoteca, un centro dedicado a la conservación y preservación de las plantas, la educación ambiental y la investigación, fue detenida “en atención a una queja ciudadana”.
Acusada de talar árboles, la bióloga y activista de Pro Cholula fue trasladada a un juzgado calificador, donde pasó varias horas, pues por ser sábado, el titular de aquel juzgado gozaba de su día de asueto. “La intención de las autoridades era que Margarita se pasara en la cárcel todo el fin de semana y así darle un escarmiento, pero me puse brava y les dije que si la metían a ella me metieran a mí también”, recuerda Ashwell.
“A final de cuentas y, gracias a la intervención de mi esposo, las dos pudimos salir de aquel lugar”, señala. Sin embargo, las autoridades niegan el hecho como parte de un plan para amedrentar a los integrantes de Pro Cholula. José Gutiérrez, director de Seguridad Pública del municipio de San Pedro Cholula, aseguró en entrevista que la bióloga Tlapa no fue detenida aquel sábado 22 de octubre, sino que “solamente fue presentada ante la autoridad”.
Explicó que “aquel día recibimos una denuncia ciudadana a través del número 066 sobre la tala de árboles en el sitio, pero la investigación se retiró luego de que pudimos comprobar que no se había cometido ningún delito”.
José Gutiérrez declaró durante la entrevista que la dependencia a su cargo desconocía que la bióloga Tlapa es la directora del Jardín Etnobotánico Tzapoteca, pero insistió en que “fue turnada para acá para la Dirección de Seguridad Pública municipal en calidad de presentada, pero nunca de detenida”.
Así, esta lucha por la defensa del patrimonio histórico de Cholula sigue viva y los integrantes de la asociación civil advierten que “ellos tienen la fuerza de la maquinaria pesada, pero a nosotros nos asiste la fuerza de la razón”.
Añaden: “Ojalá que entre todos podamos hacer entrar en razón a las autoridades, para que dejen de lado su ignorancia y su ambición desmedida y se pongan a trabajar a favor de esta milenaria ciudad. Ojalá que no acaben por destrozarla.
La otra Cholula
Durante varias administraciones, Cholula ha sufrido los embates de “la modernidad” y hoy varios de sus atractivos turísticos han sido reducidos a simples espacios comerciales. Ejemplo de ello es la estación del ferrocarril, aquella en donde un día, en una poderosa locomotora, apareció el Caudillo del Sur, Emiliano Zapata con sus ejércitos para desde ahí iniciar su camino hacia la Ciudad de México. Hoy, con la transformación de aquella estación de ferrocarril en un bar, una parte de nuestra historia ha sido olvidada.Pero eso no es todo, pues al parecer los dueños de estos giros comerciales gozan de la simpatía de la autoridad, pues otro basamento prehispánico también sufrió los embates de la maquinaria pesada, “pues para instalar el bar se tuvo que excavar un poco para dejar el suelo parejo..."
Revista Milenio Semanal
El gobernador Mario Marín, y el presidente municipal cholulteca ordenaron la construcción de una carretera federal que se basa en un proyecto de hace 80 años que modificará el trazo original de la zona que se planificó desde antes de la llegada de los españoles. El INAH no ha enviado ni un solo inspector para supervisar la obra que ya destruyó basamentos prehispánicos, y frente a las denuncias públicas, las autoridades han llegado incluso a la detención de los quejosos.
Cholula, Pue.- El “progreso” arrancó a los cholultecas con un gran pedazo de su historia. Basado en un proyecto elaborado hace 80 años, Mario Marín Torres, el gobernador de Puebla, bajo la mirada complaciente del presidente municipal, ordenó la construcción de una carretera federal a tan sólo cuatro calles del zócalo de esta ciudad.
Hoy, la atrocidad está prácticamente consumada: cerca de mil 200 árboles de entre 50 y cien años de edad fueron talados “porque ya estaban muy viejos”; la introducción del drenaje en la nueva vía exigió excavaciones que dañaron irreparablemente el basamento prehispánico que sirve de sustento a la iglesia de San Miguelito, edificada en el siglo XVII.
Hubo quien protestó, pero la fidelidad al añejo estilo de la casa dictó que los quejosos, escandalosos y enemigos del progreso fueran debidamente puestos en prisión.
Un breve recuento
Entre junio y septiembre de este año, el gobierno de Puebla decidió sacar del viejo baúl un proyecto carretero que permaneció ocho décadas guardado y que serviría para conectar al municipio de Huejotzingo con la capital del estado, pasando en su trayecto por Cholula.
Este proyecto, que en sexenios anteriores había sido dejado a un lado por su inviabilidad, ya que no forma parte de ningún programa maestro de comunicaciones en la entidad y que no resolverá casi ningún problema, fue llevado a la práctica pese a las protestas de cholultecas que vieron amenazado su patrimonio histórico.
Así, la Avenida 12 Oriente-Poniente, una calle de tres carriles para cada sentido de la circulación, con un interminable arbolado en el camellón y que servía de conexión entre los pueblos de la región, sucumbió ante los embates del progreso y la maquinaria pesada.
“Aquí, frente a la Iglesia de San Miguelito, de manera inmisericorde, las máquinas excavaron suelo prehispánico para instalar el drenaje. Los niños que entraban a la zanja salían con vasijas y otros vestigios prehispánicos, todo quedó destruido”, afirmó Anamaría Ashwell, antropóloga y dirigente de la asociación civil Pro Cholula.
“El colmo de la barbarie y la ignorancia fue la tala de los árboles. Tratamos de impedirlo; varias personas nos encadenamos a ellos para salvarlos, pero al final un grupo de choque del gobierno y vecinos azuzado por las autoridades empezó a gritar: ’¡Que los talen! ¡Que los quiten! ¡Fuera!’. La situación se tornó muy violenta y decidimos retirarnos y ver desde lejos cómo consumaban sus delitos”.
Ashwell relata que, justo al asumir la titularidad de la presidencia municipal de Cholula, Juan Pablo Jiménez Concha les prometió que esa vialidad no sería construida o que, al menos, no se seguiría su trazo original, pues se buscaría la forma de hacer un libramiento.
“Nos dijo que no nos preocupáramos, que nada iba a suceder si nosotros no estábamos de acuerdo. Al final, ignoró todo y el resultado es este intento de carretera federal que ha desvirtuado el trazo original de Cholula, trazo que se planificó desde antes de la llegada de los españoles”, manifestó Ashwell.
El libramiento que salvaría el suelo prehispánico y el frente de la iglesia de San Miguelito y alejaría la carretera del Centro Histórico de Cholula estaba ya trazado desde 1995, los estudios ya habían sido aprobados y la nueva vialidad no atentaría contra el patrimonio histórico del lugar.
Sin embargo, la mala noticia para los defensores de ese tesoro histórico fue que los predios por donde se construiría el libramiento fueron vendidos a un particular. De hecho, en esos terrenos hoy se puede apreciar un Mega Aurrerá y un gran estacionamiento, con lo que, la única posibilidad de salvar todo quedó cancelada para siempre.
El inexistente INAH
Por todos los medios, Pro Cholula AC intentó frenar este proyecto. Acudieron ante las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero el delegado de la dependencia les respondió que no tenía facultades legales para frenar las obras.Pero la incapacidad y la negligencia del titular de la dependencia federal fue tal que, incluso, permitió el uso de maquinaria pesada para la realización de las excavaciones del drenaje, cuando, por ley, debió obligar a las empresas constructoras a realizar estos trabajos manualmente —a pico y pala—, para proteger los vestigios que todo el mundo sabía que existían en ese lugar.
“Ni un solo inspector del INAH vino a supervisar los trabajos de excavación frente a la iglesia de San Miguelito, nadie. Eso fue un crimen, un delito”, señala Ashwell.
La prometida reforestación
Cuando la autoridad decidió dar luz verde a la tala de los más de mil árboles de la calle 12 Oriente-Poniente, Pro Cholula nuevamente se inconformó, pero la respuesta fue que a cambio se realizaría una reforestación que incluía más de 10 mil nuevos árboles. “Nosotros les dijimos que no podían plantearnos esto a manera de un trueque, pues no se trataba de ningún premio de consolación. Les dijimos que los árboles de la 12 Oriente-Poniente no debían ser talados y menos aún cuando los que iban a plantar no estaban lo suficientemente maduros como para mitigar el impacto ambiental que ocasionaría esa tala, pero no nos hicieron caso”, recalcó Ashwell.
Así, el ayuntamiento cumplió su palabra y plantó 10 mil arbolitos. Lo malo de esta acción fue que lo que plantó ni siquiera llegó a parecerse a un árbol, más bien fueron unas “matitas” de 10 centímetros que sirvieron muy bien para saciar el voraz apetito de tres días de unas decenas de chivos que decidieron pastar en el lugar de la “reforestación”.
Jiménez Concha, el presidente municipal de Cholula, explicó a MILENIO Semanal que “nosotros llevamos a cabo un amplio programa de reforestación para mitigar el impacto ambiental negativo que generaría la tala de los viejos árboles de la 12 Oriente-Poniente”.
En breve entrevista, el edil, de extracción priista, fue cuestionado también sobre la desatención del INAH para supervisar las excavaciones frente a la iglesia de San Miguelito, a lo que respondió que “eso habrá que preguntárselo al INAH, nosotros cumplimos con lo que estaba proyectado”.
La duda acecha
Durante la entrevista con Jiménez Concha se le preguntó si el ayuntamiento y el gobierno estatal contaban con los permisos correspondientes emitidos por las distintas dependencias responsables para desarrollar un proyecto de semejante envergadura, a lo que la autoridad respondió que “por supuesto, contamos con todos los documentos”.
No obstante, Anamaría Ashwell relató que, por medio del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), solicitaron a la autoridad el acceso a toda esa documentación, a lo que el propio instituto accedió. “Cuando se emitió la respuesta del IFAI fuimos de inmediato a las oficinas del gobierno y les dijimos que queríamos ver todos los documentos. Nos respondieron que fuéramos al día siguiente...
”Así lo hicimos. Primero nos advirtieron que no se podía sacar ni un solo documento de las oficinas; también nos dijeron que no se podía fotocopiar nada y al final nos dijeron que no nos podían mostrar nada porque toda la documentación estaba en desorden. “Preguntamos quién había sido el responsable del INAH que había autorizado el uso de maquinaria pesada para realizar las excavaciones y nos respondieron que por el momento no lo recordaban, que era un antropólogo que ya se había ido a trabajar a la zona de Cancún… Para no hacer el cuento largo, nunca, a pesar de que el IFAI lo ordenó, nos mostraron documento alguno que amparara la realización de estas obras”, resaltó.
La denuncia
Nadie les hacía caso, todos los esfuerzos por salvar el patrimonio histórico de Cholula resultaron estériles. La única salida fue publicar un desplegado en varios diarios de circulación nacional en el que se denunciaba el atropello.
Así, el 21 de octubre pasado, Pro Cholula, mediante esta publicación dirigida al presidente Vicente Fox, al gobernador Mario Marín Torres y al director del INAH, Luciano Cedillo, denunciaron que “el patrimonio ambiental y cultural de Cholula está siendo irreversiblemente comprometido”.
En esta carta abierta denunciaron, además, que “la promoción de una conurbación anárquica impulsada por políticas de Estado, intervenciones urbanísticas sólo guiadas por las exigencias del automóvil, modificaciones y alteraciones a monumentos patrimoniales, el nulo respeto a las leyes que protegen el centro histórico y la degradación continua del medio ambiente, destruyen el patrimonio heredado de la milenaria y sagrada ciudad comercial”.
Añade: “La reciente introducción de la carretera federal y su tráfico pesado al interior del casco histórico, a cuatro calles del zócalo, destruye la traza urbana milenaria de Cholula, pone en peligro un edificio religioso del siglo XVII y su basamento prehispánico divide la organización habitacional y ritual de diez barrios y ha impactado negativamente la ecología del valle”.
De esa forma, solicitaron “la intervención urgente del presidente de la República para que en Cholula se construya un libramiento vial; se detenga la intervención de la 12 Oriente-Poniente, se utilice esta vía únicamente para tráfico local y se reforeste con árboles nativos su camellón central”. Además, “que se preserve la reserva ecológica del volcán Tzapoteca de la especulación inmobiliaria y se observen y apliquen las leyes que protegen el patrimonio y medio ambiente”.
La carta abierta fue firmada por varias personalidades del mundo del arte y la cultura de nuestro país, entre ellos Enrique Florescano, Cecilia Vázquez Ahumada, Horacio Morales Iglesias, Carlos Monsiváis e, incluso, hasta el propio hermano del presidente municipal, Fabián Jiménez Concha, se adhirió al documento.
La respuesta oficial fue doblemente negativa. Por una parte, la autoridad promovió la publicación de un desplegado en el que se dio respuesta a la denuncia de los defensores del patrimonio histórico, la cual fue firmada por presidentes de ladrilleras, padres de familia, restauranteros, maestros y hasta el presidente de la liga de futbol ACJM.
En esta misiva, pública también, los “abajo firmantes” establecen que ”personas que se dicen conocedoras de la cultura de Cholula, enuncian que las políticas del gobierno privilegian al automóvil y que nuestro histórico pueblo está en riesgo por el potencial daño que pudieran sufrir sus monumentos, así como por un crecimiento urbano desordenado y el deterioro ecológico”.
Ahí mismo se insiste: “Son preocupaciones válidas; sin embargo disentimos profundamente de sus planteamientos, porque no apuntan que los problemas de Cholula no son nuevos, como tampoco dan cuenta del esfuerzo y las acciones que diversos actores y ciudadanos hemos emprendido por años para lograr que, finalmente, el gobierno del estado y las autoridades municipales estén atinadamente resolviendo con acciones concretas nuestras demandas”.
Y finalizan: “Por generaciones hemos sido responsables del cuidado de la enorme herencia que poseemos y hoy somos garantes de que las obras que se realicen para mejorar nuestra comunidad respetarán y protegerán lo que Cholula ha mostrado al mundo con esplendor, porque es patrimonio de todos los mexicanos”.
Pero no solamente fue la respuesta de las fuerzas leales la aparecida en los diarios, también, hubo una respuesta oficial firmada por Valentín Meneses Rojas, director de Comunicación Social del gobierno del estado, en la que expresa que dicha carretera “tiene como objetivo primordial resolver los problemas de comunicación de esta importante región de la entidad, misma que incluye el Aeropuerto Hermanos Serdán”. En su favor alega que “dependencias federales como el INAH, Semarnat y la SCT, además de las dependencias estatales y municipales respectivas, han concluido que la realización de la vialidad Cholula-Huejotzingo no sólo es necesaria, sino indispensable para la modernización integral y el ordenamiento del sistema carretero de esta importante área económica de Puebla, de ahí que, sin estas obras, los daños a los conceptos que usted señala serían más severos en el corto plazo”.
Sobre los más de mil árboles talados sobre la calle 12 Oriente-Poniente, Meneses Rojas asegura que “resultó indispensable retirar los eucaliptos que no son propios de la región y que, además, por su antigüedad, representaban un riesgo y tenían una función prácticamente nula”.
Finalmente expresa que “respecto a sus peticiones y a la problemática urbana y ambiental que señalan, expreso que con toda responsabilidad habremos de considerarlas, con el objetivo de responder a la carta abierta que han dirigido y que representa una importante demanda ciudadana”. Es difícil saber si finalmente la queja ciudadana fue “responsablemente” considerada, lo cierto es que las obras siguieron avanzando.
La otra respuesta
Pero la “amable” carta del director de Comunicación Social el gobierno de Puebla no fue lo único que recibieron los integrantes de la Asociación Civil Pro Cholula. El hostigamiento oficial a sus integrantes creció hasta que, el sábado 22 de septiembre, un día antes de la publicación del director de Comunicación Social del gobierno del estado, la bióloga Margarita Tlapa, directora del Jardín Etnobotánico Tzapoteca, un centro dedicado a la conservación y preservación de las plantas, la educación ambiental y la investigación, fue detenida “en atención a una queja ciudadana”.
Acusada de talar árboles, la bióloga y activista de Pro Cholula fue trasladada a un juzgado calificador, donde pasó varias horas, pues por ser sábado, el titular de aquel juzgado gozaba de su día de asueto. “La intención de las autoridades era que Margarita se pasara en la cárcel todo el fin de semana y así darle un escarmiento, pero me puse brava y les dije que si la metían a ella me metieran a mí también”, recuerda Ashwell.
“A final de cuentas y, gracias a la intervención de mi esposo, las dos pudimos salir de aquel lugar”, señala. Sin embargo, las autoridades niegan el hecho como parte de un plan para amedrentar a los integrantes de Pro Cholula. José Gutiérrez, director de Seguridad Pública del municipio de San Pedro Cholula, aseguró en entrevista que la bióloga Tlapa no fue detenida aquel sábado 22 de octubre, sino que “solamente fue presentada ante la autoridad”.
Explicó que “aquel día recibimos una denuncia ciudadana a través del número 066 sobre la tala de árboles en el sitio, pero la investigación se retiró luego de que pudimos comprobar que no se había cometido ningún delito”.
José Gutiérrez declaró durante la entrevista que la dependencia a su cargo desconocía que la bióloga Tlapa es la directora del Jardín Etnobotánico Tzapoteca, pero insistió en que “fue turnada para acá para la Dirección de Seguridad Pública municipal en calidad de presentada, pero nunca de detenida”.
Así, esta lucha por la defensa del patrimonio histórico de Cholula sigue viva y los integrantes de la asociación civil advierten que “ellos tienen la fuerza de la maquinaria pesada, pero a nosotros nos asiste la fuerza de la razón”.
Añaden: “Ojalá que entre todos podamos hacer entrar en razón a las autoridades, para que dejen de lado su ignorancia y su ambición desmedida y se pongan a trabajar a favor de esta milenaria ciudad. Ojalá que no acaben por destrozarla.
La otra Cholula
Durante varias administraciones, Cholula ha sufrido los embates de “la modernidad” y hoy varios de sus atractivos turísticos han sido reducidos a simples espacios comerciales. Ejemplo de ello es la estación del ferrocarril, aquella en donde un día, en una poderosa locomotora, apareció el Caudillo del Sur, Emiliano Zapata con sus ejércitos para desde ahí iniciar su camino hacia la Ciudad de México. Hoy, con la transformación de aquella estación de ferrocarril en un bar, una parte de nuestra historia ha sido olvidada.Pero eso no es todo, pues al parecer los dueños de estos giros comerciales gozan de la simpatía de la autoridad, pues otro basamento prehispánico también sufrió los embates de la maquinaria pesada, “pues para instalar el bar se tuvo que excavar un poco para dejar el suelo parejo..."
Revista Milenio Semanal
creo que en algunas cosas estoy de acuedo contigo...pero en otras no....por ejemplo la tala de los arboles creo que fue bueno por que pueden ser peligrosos en el camino, pueden causar accidentes, y no tiene nada de malo querer progresar, bueno , solo que a algunas personas les guste vivir como vivió Emiliano Zapata o mas atras.....!progresa!!
Antes que nada gracias por dejar un comentario en este blog, aunque considero que lo hiciste como un verdadero Troll.
Por otro lado, no puedo menos que reirme -amargamente- por tu opinión sobre el progreso.
El progreso de ninguna manera está peleado con el cuidado al medioambiente y sí esa es tu forma de pensar, esperemos que no sea un mal contagioso.
El avance tecnológico y el mejoramiento del nivel de vida de la población están directamente relacionados con el equilibrio entre las necesidades de la gente y la sustentabilidad de los recursos naturales.
Creo necesitas leer un poco más y reflexionar sobre la información que vas adquiriendo, pues es indispensable razonar las cosas, no aprenderselas de memoria
¿Y Emiliano Zapata que tiene que ver con todo esto?
Creo que divagas, pero en fin cada quien.
Salute!