El círculo perverso del ambulantaje
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Centro Histórico de la Ciudad de México
Por Nayeli Roldán
Intercambio político. Tradición histórica. Vida desordenada. Monstruo. Una manera de ganarse la vida. Delincuencia. Éstas son algunas definiciones del comercio ambulante o informal. A pesar de la reprobación social, dicha actividad se ha convertido en parte del paisaje urbano y cultivo de variables sociales cada vez más complejas que lejos de solucionarse se incrementan. La muestra más visible es el Centro Histórico de la Ciudad de MéxicoRecientemente el presidente Vicente Fox anunció que emitirá un decreto para regularizar a los 11 millones de personas dedicadas al comercio informal, que representan 27 por ciento de la población, mediante una cuota de pago bimestral. Esto significaría “abrir las puertas de la economía de par en par”.El ambulantaje no es un tema nuevo si bien es cierto que ha aumentado a causa de crisis económicas en el país, y que están integrados en un “círculo perverso” entre desempleo e ilegalidad, también obedece al manejo indebido de un gran número de personas que responden como instrumento de acción política.Según el doctor Héctor Castillo Bertier, investigador de la UNAM, el ambulantaje creció exponencialmente gracias al “hambre de políticas clientelares”, pues tiene relación directa con la anuencia, justificación y legitimación que dan las autoridades. Además en momentos electorales “se apapacha para no quitarle votos al partido”.Si hay un “partido nuevo en el poder”, debe cumplir los compromisos adquiridos con ciertas agrupaciones. “Es muy fácil darles permisos dentro de la lógica del clientelismo político, que tienen el sello de la impunidad política y manejo perverso de las clientelas”, argumenta el doctor Castillo.Institucionales y tolerantesLa Asociación de Comerciantes en Pequeño Benito Juárez AC, agrupa a más de 700 integrantes de los cuales, 400 ocupan la Plaza Comercial Pino Suárez y el resto trabajan en las calles de 5 de Febrero, República de El Salvador, 16 de Septiembre, Bolívar, Pino Suárez, entre otras. En palabras de su secretaria general, Esther Mata Chavarría, “se manejan institucionalmente”.La organización ha cabildeado con administraciones encabezadas por el PRI y el PRD pero por el momento tiene inclinación con la fracción perredista porque “coinciden con su ideología”.La asociación por su parte corresponde, “asistimos a los eventos (del partido) que nos invitan”, dice Mata Chavarría, tomando en cuenta la opinión de los agremiados, para “hacerles ver cuál es el fin de esta lucha y tener una visión de a qué vamos, que al final es para su beneficio”.La líder de los comerciantes de Plaza Pino Suárez asegura que la saturación es evidente, “en la Delegación Cuauhtémoc ya no hay espacio para vender”. A pesar de ser simpatizante perredista, Esther Mata reconoce que “el crecimiento ha sido desde que entró este gobierno —PRD— Entendemos que sea un gobierno democrático pero eso no quiere decir que estén dando manga suelta a todo, porque implica un riesgo muy grande”.“Ni en los mejores años del PRI, las calles del Centro Histórico estaban como ahora”, sostiene la líder. Ellos reconocen la actuación fundamental que ha tenido la autoridad capitalina para el crecimiento del comercio en vía pública.El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de México de la UNAM y el Centro Francés de Estudios Mexicanos, realizó un compendio de investigaciones relacionados con el ambulantaje, donde participó Héctor Castillo Bertier.En él apunta: “El ambulantaje se trata de un sistema de intermediación e intercambios político y económico, donde los primeros ganan protección y los segundos apoyos políticos populares —tan caros hoy en día—; todos obtienen amplios beneficios económicos que retroalimentan su poder y extienden redes de corrupción”.Para Víctor Cisneros, presidente de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, el comercio en vía pública parte de una situación de “complicidad, donde unos abusan y otros toleran, convirtiéndose en la ley de la gandaya”. A su parecer, la autoridad otorga facilidades a los comerciantes porque “les resultan un gran respaldo a la hora de accionar, engrosan más las marchas”.Procesos electoralesDe cara a los proximos comicios para elegir al nuevo presidente de la República y jefe de Gobierno de la Ciudad de México, durante estos meses que dura el proceso la situación se puede congelar creando mayor impunidad.Para el investigador de la UNAM, Héctor Castillo, el papel del gobierno saliente “es apapachar, no crear conflictos, no quitarle votos al posibles al partido”. Además asegura que “el peor momento de accionar es este —electoral— porque ninguna autoridad va a querer dar el golpe. Vivimos esa inercia gubernamental de cambio de gobierno”.Para Esther Mata durante el proceso electoral la lógica de la autoridad es no provocar problemas con los comerciantes, “no los pueden quitar porque entonces, ¿quién apoya?”. Sin embargo, la líder asegura que los acuerdos entre autoridades con algunos dirigentes de la vía pública son “entendimientos entre ellos, que ponen en riesgo a todo el sector de comerciantes”.En un año, dice, ya habrá otro presidente de la República y otro jefe de Gobierno y sin importar su fracción partidista, tiene que tomar una decisión en cuestión al ambulantaje porque las calles ya no pueden seguir como están”.Cifras imprecisasNo hay consenso en cuanto al número de vendedores ambulantes que existen, tan sólo, en el Centro Histórico. Autoridades del gobierno del Distrito Federal afirman que de acuerdo con sus estadísticas el ambulantaje en el corazón de la ciudad ha disminuido en los últimos dos años, llegando a casi 10 mil; sin embargo, según censos de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, existen 35 mil ambulantes.Durante la gestión de Rocío González Rocío González, directora general de Programas Delegaciones y Reordenamiento de la Vía Pública en el Distrito Federal, durante tres años hubo una disminución de 24 mil comerciantes a 10 mil. La disminución obedece, asienta, a la remodelación de 34 manzanas y a que los comerciantes “se han incorporado en otras zonas de la ciudad o se han quedado en su lugar de origen que es el Estado de México”.En tanto, el presidente de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, Víctor Cisneros Taja, revela que según el último censo realizado en diciembre de 2004, avalado por la Cámara de Nacional de Comercio de la Ciudad de México (Canaco), son 35 mil comerciantes informales que “toman las calles” del Centro Histórico, y Guillermo Gazal, explica que según informes de Comerciantes Unidos para la Protección del Centro Histórico (Procenthrico), en 1994 eran 200 mil y ahora son 600 mil ambulantes en las 16 delegaciones del Distrito Federal; mientras que a nivel nacional son 13 millones 800 mil.Caldo de cultivoA pesar de la reprobación social, el comercio ambulante se ha convertido en parte del paisaje urbano, y la única opción para quienes sólo pueden comprar productos económicos, pero al mismo tiempo ha resultado un cultivo de variables sociales cada vez más complejas que lejos de solucionarse parecen incrementar.Víctor Cisneros denuncia que “el grado de violencia en esta zona es terrible, lacerante; y las autoridades no hacen nada. Sólo hay policías en las calles recuperadas. En los puestos se están vendiendo droga, pero cuando se los exponemos a las autoridades quieren que nosotros les hagamos su chamba y les digamos quién es y dónde se distribuye la droga”.La piratería es otro aspecto de preocupación para las autoridades y parece que no hay manera de acabar con ella. Además se requiere de una buena comunicación entre autoridades federales y locales, “porque si bien es competencia federal debería estar vinculado, no sólo es el que vende 80 discos en la calles, más bien el que debe interesar es quien los produce. La piratería no llega al centro de la ciudad más que por las fronteras y ahí la administración local no tiene ninguna injerencia”.Esther Mata argumenta que la piratería de discos o películas no está en un puesto de un metro de largo porque “para mí, la piratería es una bodega con muchos aparatos y que está armando cientos de compactos y que las autoridades saben en dónde están pero se ensañan con un comerciante en vía pública que tiene 50 compactos”.Magdalena Acuña, en su posición de líder no puede impedir la venta de piratería; además de que el número de productos son mínimos y otro factor que incrementa la piratería es porque “si la gente no tiene para comprar un disco o película de más de 150 pesos, pues no tiene otra opción que los piratas de diez pesos, ése es el círculo”.Liderazgo, un buen negocioTan sólo en el Centro Histórico existen más de 50 liderazgos; la venta de espacios es de 30 mil a 60 mil pesos. La ex directora Rocío González dialogó durante su gestión con esos líderes por lo que asegura que ellos “ejercen una autoridad no sólo moral sino económica sobre los ambulantes. Se creen herederos de las calles por lo que nadie puede vender en el Centro si no pertenece a algún gremio”.El investigador de la UNAM Castillo Bertier sostiene que “el mejor trabajo es ser líder de ambulante”, y coincide con Guillermo Gazal en que son grandes cantidades de dinero que obtienen de las cuotas de sus agremiados (la aportación es de 50 a 100 pesos por puesto) y que probablemente una parte sea entregada a autoridades medias de la delegación para continuar con la impunidad.Además una gran parte de líderes tienen vínculo familiar de orden matriarcal. El 60 por ciento de vendedores ambulantes son mujeres y 40 por ciento hombres. Un ejemplo de ello es la pública disputa de espacios por dos lideresas: María Rosette y Alejandra Barrios.Solución integralLas plazas comerciales sugieren una opción para controlar el crecimiento del ambulantaje. Un ejemplo exitoso es Plaza Meave ubicada en el Eje Central. Nació precisamente con la idea de reubicar a los comerciantes que se encontraban en esa zona, no obstante llegaron otros más a ocupar los lugares en la calle.Entonces, dice el doctor Castillo no significó la desaparición del ambulantaje porque “no existe el criterio de la preservación del espacio público como tal. En la calle transitan personas que tienen derechos y obligaciones. Éstos son los vacíos legales que tiene el Estado que no ha podido aplicar”.Cabe mencionar que fueron retirados los ambulantes de las 34 manzanas remodeladas del Centro Histórico, sin embargo, están “toreando” para seguir vendiendo. Esto porque “las autoridades no tienen una política de mediano y largo plazo de los sitios que se van recuperando y puedan ser respetados”, refiere el investigador.Efectivamente los comerciantes intentan trabajar en esas calles porque “no les ofrecieron reubicación, u optan por irse a las calles donde sí hay tolerancia, por eso el Eje Central está como está. Lo que hacen con esas actitudes es que benefician a algunas organizaciones porque se vuelven más numerosas. Luego de los desplazamientos se provoca peleas entre los comerciantes por un espacio”, explica la líder de Pino Suárez.Otro intento que parece fallido son las nuevas plazas comerciales porque según los comerciantes están en completa disposición, “siempre y cuando la autoridad nos muestre el diseño de las plazas comerciales; además, jamás nos va a convenir una plaza donde los locales sean a renta, sino que sea concesión o venta”.Magdalena Acuña asegura que una plaza comercial no es la solución pues “no se vende igual y el comerciante busca la manera de subsistir pero no tendría capital suficiente para invertir en la compra de un local y además surtirlo”.Para Esther Mata los problemas son generados por el crecimiento desproporcionado de vendedores, pues algunos líderes llenaron los espacios con tal de ganar más dinero. Por eso apuesta por la autorregulación, de lo contrario llegará un momento en que no habrá compradores sino sólo vendedores.La solución para erradicar el comercio informal según expresa el doctor Castillo Bertier es el “ejercicio de la ley. Porque los comerciantes no van a renunciar a lucrar, comprar y vender sin regulación, sólo con una cuota a un líder; ahí se necesita fuerza pública, imposición del Estado, donde haga valer el uso de los espacios públicos”.Quien gobierne debe plantear desde el primer año de gestión una propuesta concreta.Se requiere una estrategia de mediano y largo plazos y un plan de desarrollo para regularizar. “Y seguramente se enfrentará dos o tres años con manifestaciones, mentadas de madre, bloqueos, hasta que limpie las zonas”.
Revista Milenio Semanal
Por Nayeli Roldán
Intercambio político. Tradición histórica. Vida desordenada. Monstruo. Una manera de ganarse la vida. Delincuencia. Éstas son algunas definiciones del comercio ambulante o informal. A pesar de la reprobación social, dicha actividad se ha convertido en parte del paisaje urbano y cultivo de variables sociales cada vez más complejas que lejos de solucionarse se incrementan. La muestra más visible es el Centro Histórico de la Ciudad de MéxicoRecientemente el presidente Vicente Fox anunció que emitirá un decreto para regularizar a los 11 millones de personas dedicadas al comercio informal, que representan 27 por ciento de la población, mediante una cuota de pago bimestral. Esto significaría “abrir las puertas de la economía de par en par”.El ambulantaje no es un tema nuevo si bien es cierto que ha aumentado a causa de crisis económicas en el país, y que están integrados en un “círculo perverso” entre desempleo e ilegalidad, también obedece al manejo indebido de un gran número de personas que responden como instrumento de acción política.Según el doctor Héctor Castillo Bertier, investigador de la UNAM, el ambulantaje creció exponencialmente gracias al “hambre de políticas clientelares”, pues tiene relación directa con la anuencia, justificación y legitimación que dan las autoridades. Además en momentos electorales “se apapacha para no quitarle votos al partido”.Si hay un “partido nuevo en el poder”, debe cumplir los compromisos adquiridos con ciertas agrupaciones. “Es muy fácil darles permisos dentro de la lógica del clientelismo político, que tienen el sello de la impunidad política y manejo perverso de las clientelas”, argumenta el doctor Castillo.Institucionales y tolerantesLa Asociación de Comerciantes en Pequeño Benito Juárez AC, agrupa a más de 700 integrantes de los cuales, 400 ocupan la Plaza Comercial Pino Suárez y el resto trabajan en las calles de 5 de Febrero, República de El Salvador, 16 de Septiembre, Bolívar, Pino Suárez, entre otras. En palabras de su secretaria general, Esther Mata Chavarría, “se manejan institucionalmente”.La organización ha cabildeado con administraciones encabezadas por el PRI y el PRD pero por el momento tiene inclinación con la fracción perredista porque “coinciden con su ideología”.La asociación por su parte corresponde, “asistimos a los eventos (del partido) que nos invitan”, dice Mata Chavarría, tomando en cuenta la opinión de los agremiados, para “hacerles ver cuál es el fin de esta lucha y tener una visión de a qué vamos, que al final es para su beneficio”.La líder de los comerciantes de Plaza Pino Suárez asegura que la saturación es evidente, “en la Delegación Cuauhtémoc ya no hay espacio para vender”. A pesar de ser simpatizante perredista, Esther Mata reconoce que “el crecimiento ha sido desde que entró este gobierno —PRD— Entendemos que sea un gobierno democrático pero eso no quiere decir que estén dando manga suelta a todo, porque implica un riesgo muy grande”.“Ni en los mejores años del PRI, las calles del Centro Histórico estaban como ahora”, sostiene la líder. Ellos reconocen la actuación fundamental que ha tenido la autoridad capitalina para el crecimiento del comercio en vía pública.El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de México de la UNAM y el Centro Francés de Estudios Mexicanos, realizó un compendio de investigaciones relacionados con el ambulantaje, donde participó Héctor Castillo Bertier.En él apunta: “El ambulantaje se trata de un sistema de intermediación e intercambios político y económico, donde los primeros ganan protección y los segundos apoyos políticos populares —tan caros hoy en día—; todos obtienen amplios beneficios económicos que retroalimentan su poder y extienden redes de corrupción”.Para Víctor Cisneros, presidente de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, el comercio en vía pública parte de una situación de “complicidad, donde unos abusan y otros toleran, convirtiéndose en la ley de la gandaya”. A su parecer, la autoridad otorga facilidades a los comerciantes porque “les resultan un gran respaldo a la hora de accionar, engrosan más las marchas”.Procesos electoralesDe cara a los proximos comicios para elegir al nuevo presidente de la República y jefe de Gobierno de la Ciudad de México, durante estos meses que dura el proceso la situación se puede congelar creando mayor impunidad.Para el investigador de la UNAM, Héctor Castillo, el papel del gobierno saliente “es apapachar, no crear conflictos, no quitarle votos al posibles al partido”. Además asegura que “el peor momento de accionar es este —electoral— porque ninguna autoridad va a querer dar el golpe. Vivimos esa inercia gubernamental de cambio de gobierno”.Para Esther Mata durante el proceso electoral la lógica de la autoridad es no provocar problemas con los comerciantes, “no los pueden quitar porque entonces, ¿quién apoya?”. Sin embargo, la líder asegura que los acuerdos entre autoridades con algunos dirigentes de la vía pública son “entendimientos entre ellos, que ponen en riesgo a todo el sector de comerciantes”.En un año, dice, ya habrá otro presidente de la República y otro jefe de Gobierno y sin importar su fracción partidista, tiene que tomar una decisión en cuestión al ambulantaje porque las calles ya no pueden seguir como están”.Cifras imprecisasNo hay consenso en cuanto al número de vendedores ambulantes que existen, tan sólo, en el Centro Histórico. Autoridades del gobierno del Distrito Federal afirman que de acuerdo con sus estadísticas el ambulantaje en el corazón de la ciudad ha disminuido en los últimos dos años, llegando a casi 10 mil; sin embargo, según censos de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, existen 35 mil ambulantes.Durante la gestión de Rocío González Rocío González, directora general de Programas Delegaciones y Reordenamiento de la Vía Pública en el Distrito Federal, durante tres años hubo una disminución de 24 mil comerciantes a 10 mil. La disminución obedece, asienta, a la remodelación de 34 manzanas y a que los comerciantes “se han incorporado en otras zonas de la ciudad o se han quedado en su lugar de origen que es el Estado de México”.En tanto, el presidente de la Unión de Comerciantes de la Ciudad de México, Víctor Cisneros Taja, revela que según el último censo realizado en diciembre de 2004, avalado por la Cámara de Nacional de Comercio de la Ciudad de México (Canaco), son 35 mil comerciantes informales que “toman las calles” del Centro Histórico, y Guillermo Gazal, explica que según informes de Comerciantes Unidos para la Protección del Centro Histórico (Procenthrico), en 1994 eran 200 mil y ahora son 600 mil ambulantes en las 16 delegaciones del Distrito Federal; mientras que a nivel nacional son 13 millones 800 mil.Caldo de cultivoA pesar de la reprobación social, el comercio ambulante se ha convertido en parte del paisaje urbano, y la única opción para quienes sólo pueden comprar productos económicos, pero al mismo tiempo ha resultado un cultivo de variables sociales cada vez más complejas que lejos de solucionarse parecen incrementar.Víctor Cisneros denuncia que “el grado de violencia en esta zona es terrible, lacerante; y las autoridades no hacen nada. Sólo hay policías en las calles recuperadas. En los puestos se están vendiendo droga, pero cuando se los exponemos a las autoridades quieren que nosotros les hagamos su chamba y les digamos quién es y dónde se distribuye la droga”.La piratería es otro aspecto de preocupación para las autoridades y parece que no hay manera de acabar con ella. Además se requiere de una buena comunicación entre autoridades federales y locales, “porque si bien es competencia federal debería estar vinculado, no sólo es el que vende 80 discos en la calles, más bien el que debe interesar es quien los produce. La piratería no llega al centro de la ciudad más que por las fronteras y ahí la administración local no tiene ninguna injerencia”.Esther Mata argumenta que la piratería de discos o películas no está en un puesto de un metro de largo porque “para mí, la piratería es una bodega con muchos aparatos y que está armando cientos de compactos y que las autoridades saben en dónde están pero se ensañan con un comerciante en vía pública que tiene 50 compactos”.Magdalena Acuña, en su posición de líder no puede impedir la venta de piratería; además de que el número de productos son mínimos y otro factor que incrementa la piratería es porque “si la gente no tiene para comprar un disco o película de más de 150 pesos, pues no tiene otra opción que los piratas de diez pesos, ése es el círculo”.Liderazgo, un buen negocioTan sólo en el Centro Histórico existen más de 50 liderazgos; la venta de espacios es de 30 mil a 60 mil pesos. La ex directora Rocío González dialogó durante su gestión con esos líderes por lo que asegura que ellos “ejercen una autoridad no sólo moral sino económica sobre los ambulantes. Se creen herederos de las calles por lo que nadie puede vender en el Centro si no pertenece a algún gremio”.El investigador de la UNAM Castillo Bertier sostiene que “el mejor trabajo es ser líder de ambulante”, y coincide con Guillermo Gazal en que son grandes cantidades de dinero que obtienen de las cuotas de sus agremiados (la aportación es de 50 a 100 pesos por puesto) y que probablemente una parte sea entregada a autoridades medias de la delegación para continuar con la impunidad.Además una gran parte de líderes tienen vínculo familiar de orden matriarcal. El 60 por ciento de vendedores ambulantes son mujeres y 40 por ciento hombres. Un ejemplo de ello es la pública disputa de espacios por dos lideresas: María Rosette y Alejandra Barrios.Solución integralLas plazas comerciales sugieren una opción para controlar el crecimiento del ambulantaje. Un ejemplo exitoso es Plaza Meave ubicada en el Eje Central. Nació precisamente con la idea de reubicar a los comerciantes que se encontraban en esa zona, no obstante llegaron otros más a ocupar los lugares en la calle.Entonces, dice el doctor Castillo no significó la desaparición del ambulantaje porque “no existe el criterio de la preservación del espacio público como tal. En la calle transitan personas que tienen derechos y obligaciones. Éstos son los vacíos legales que tiene el Estado que no ha podido aplicar”.Cabe mencionar que fueron retirados los ambulantes de las 34 manzanas remodeladas del Centro Histórico, sin embargo, están “toreando” para seguir vendiendo. Esto porque “las autoridades no tienen una política de mediano y largo plazo de los sitios que se van recuperando y puedan ser respetados”, refiere el investigador.Efectivamente los comerciantes intentan trabajar en esas calles porque “no les ofrecieron reubicación, u optan por irse a las calles donde sí hay tolerancia, por eso el Eje Central está como está. Lo que hacen con esas actitudes es que benefician a algunas organizaciones porque se vuelven más numerosas. Luego de los desplazamientos se provoca peleas entre los comerciantes por un espacio”, explica la líder de Pino Suárez.Otro intento que parece fallido son las nuevas plazas comerciales porque según los comerciantes están en completa disposición, “siempre y cuando la autoridad nos muestre el diseño de las plazas comerciales; además, jamás nos va a convenir una plaza donde los locales sean a renta, sino que sea concesión o venta”.Magdalena Acuña asegura que una plaza comercial no es la solución pues “no se vende igual y el comerciante busca la manera de subsistir pero no tendría capital suficiente para invertir en la compra de un local y además surtirlo”.Para Esther Mata los problemas son generados por el crecimiento desproporcionado de vendedores, pues algunos líderes llenaron los espacios con tal de ganar más dinero. Por eso apuesta por la autorregulación, de lo contrario llegará un momento en que no habrá compradores sino sólo vendedores.La solución para erradicar el comercio informal según expresa el doctor Castillo Bertier es el “ejercicio de la ley. Porque los comerciantes no van a renunciar a lucrar, comprar y vender sin regulación, sólo con una cuota a un líder; ahí se necesita fuerza pública, imposición del Estado, donde haga valer el uso de los espacios públicos”.Quien gobierne debe plantear desde el primer año de gestión una propuesta concreta.Se requiere una estrategia de mediano y largo plazos y un plan de desarrollo para regularizar. “Y seguramente se enfrentará dos o tres años con manifestaciones, mentadas de madre, bloqueos, hasta que limpie las zonas”.
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